Bio
En septiembre de 2008 descubrí una pasión oculta: el teatro. Desde entonces no hay un solo día en el que no me levante y piense en actuar. Es mi elemento.
Idealogia.com, es la compañía que cofundé en 2012 junto con Joan Guasp y que busca y explora nuevos formatos y espacios teatrales, provocador, seductor, íntimo y cercano, donde el público siempre forma parte de la escena.
Me apasiona trabajar el cuerpo y alma artísticos para conectar con el espectador. Me fascina el mundo de las emociones e intento llevarlo al límite para crear situaciones intensas que llegan al corazón, que provocan y no dejen indiferente a nadie. Sin emoción no hay verdad ni motor y, para mí, deja de tener sentido actuar. Nada hay más fascinante que vivir esa verdad y que el público también la viva y la sienta.
Sobre esa base escribí Mikvé, mi primera opera prima. Y mi obsesión fue que toda esa verdad que vivía cada personaje también la viviera cada espectador. Y entonces, éste se convertía también en protagonista. Y lo logré. Probablemente ha sido lo más emocionante que me ha pasado como director, que actores y espectadores hayan vivido la historia como si fuera real. Tras esta obra vinieron otras: Passus i Pinell. A estas tres precedían performances de texto, danza y movimiento, también de creaciónn propia.
En 2012 interpreté a Alan Turing, en una adaptación teatral de Breaking the code y mientras preparaba el personaje sufrí muchísimo. Disfruté, pero me costó muchísimo gestionar las emociones que vivía el personaje y viví unos meses muy agitado, en esa lucha personal entre mi yo y el personaje. Me dejó tan tocado que me recomendaron explorar la técnica Meisner a través de un taller de introducción que impartía The Actor’s Temple Madrid. Me fascinó, me impactó y descubrí que debía explorar y trabajar la verdad y la escucha. Por eso cuando acabé el taller tenía tantas ganas de más que me recomendaron trabajar con Javier Galitó Cava. Y aquí estoy. Desde entonces ha cambiado mi percepción de la interpretación. Antes fingía y ahora vivo. Es difícil explicar lo que supone la técnica Meisner para un actor, un creador, un artista, pero siempre hay un antes y un después. Jamás hay una vuelta atrás.