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12 días
Si cuando te despiertas por la mañana o te acuestas por la noche solo piensas en actuar...eres actor. Podrás hacerlo mejor o peor, gustar más o menos, pero es lo que eres y serás para siempre.
Si cuando te despiertas por la mañana o te acuestas por la noche solo piensas en actuar...eres actor. Podrás hacerlo mejor o peor, gustar más o menos, pero es lo que eres y serás para siempre.
A mí lleva pasándome esto desde hace varios años. No pasa ni un sólo día sin que me levante o me acueste y no piense en actuar. Incluso en los peores momentos. Que los hay.
Dicen que los doce primeros días del año marcan como vivirás el resto de meses. Y he de confesar que para mí los doce primeros días de 2013 fueron una mierda. Y quería que lo fuesen porque me propuse que esos eran los días que no quería vivir. Sufrí y medité mucho y me prometí que a partir del 13 viviría como quería vivir el resto del año: doce días brillantes. Y así fue.
En la tarde del día 14 sucedió algo mágico. Estaba en el Taller de Estructuras de Movimiento para la Escena que imparte la genial Maria Antònia Oliver y donde tengo el privilegio de trabajar con grandes actores y actrices. Me encontraba tumbado junto a mis compañeros en el interior del aljibe de Es Baluard y de repente sentí ese era mi lugar. Supe que durante mucho tiempo había alimentado mi cuerpo pero que ahora había algo que alimentaba mi alma.
Al día siguiente me desperté y tenía todo el cuerpo molido y con algunos moratones, porque la tarde anterior había redescubierto partes de mi cuerpo que desconocía ¿cómo pude estar tanto tiempo sin conocerme?
Al día siguiente volví al taller, con tantos dolores como ganas de seguir y seguir explorando y salí como nuevo.
Hoy es mi cuarto día y sé que he descubierto mi elemento. Mañana más.