Escapar

No hay nada más placentero que escapar de la tribu. Con este afán me pierdo en tierras africanas. De pronto, me siento en la necesidad de hacer este viaje y de escribir. Atrapado y seducido, sin poder dar marcha atrás, cual adicto a la droga más potente, que en mi caso es alimentar el alma.
Así me despierto y me acuesto cada mañana buscando de nuevo mi elemento. Me siento perdido y cobarde. Camino en soledad en esa búsqueda que no se acaba. Y en mi peregrinaje me hundo en un camino infinito; sin guías, ni rutas, ni mapas. Camino y camino. No puedo detenerme. Me escoltan árboles frondosos que guardan tantos secretos como yo. Y me observan decenas de aves que no logro reconocer y que se adueñan de mis pasos e interrumpen mi silencio. ¿Y mi elemento? El sol se larga y marca un camino ¡Esa es la luz! Mas luego surge la luna y otra luz me confunde ¿Cuál es mi elemento?